Una preciosa casa de playa en Chile

Muchas veces nuestros lectores nos sorprenden con lugares fantásticos; y es que aunque nos pasamos los días ofreciéndoos ideas para decorar, lo cierto es que a más de uno falta no le hace, pues ya sabe muy bien lo que se hace. Hoy nos hemos quedado completamente encandilados con la casa que nos manda Luis Espinosa. Se trata de una vivienda de fin de semana, situada en un paraje más que envidiable, la costa de Cobquecura, en la Octava Región del Biobío, Chile. Un lugar paradisíaco bañado por las aguas del Océano Pacífico. Sin duda alguna el telón de fondo perfecto para construir un hogar lleno de encanto.

Nos cuenta Luis que es un enamorado de la vegetación y el paisajismo en general, algo que no puede negar al mostrarnos los exteriores de este rincón maravilloso. Encontramos un sinfín de flores como las margaritas, rosales, flor del ave del paraíso, cardenales, pasionarias o copihues. Una mezcla explosiva de color que hace que el azul empleado en la fachada de la casa destaque con fuerza.

Como observamos, al jardín estatuas no le faltan; y es que parece ser que a Luis le vuelven loco las fuentes y los adornos de exterior. Encontramos elementos clásicos muy bellos, pero también puntos decorativos más modernos como la hilera de coloridas aves que observa impasible el océano. Además, al parecer también está en proceso la construcción de una cascada de jardín, algo que seguramente dará más personalidad aun a este pequeño paraíso.

Nos ha encantado saber que Luis Espinosa ocupa todo su tiempo en que tanto la casa como el jardín crezcan en belleza. Además, utiliza los materiales de la zona, por lo que algunas piezas, como la piedra, son autóctonas.

Aunque el exterior nos ha enamorado por completo, no podemos negar que en su interior se respira un ambiente especial. Podemos decir que la decoración usada tiene ciertos tintes étnicos, en los que materiales como el rattan natural o la madera toman bastante fuerza junto a elementos decorativos como ciertos cuadros con motivos africanos. Todo ello se contrarresta con el uso de las flores, un muy buen uso por cierto, así como el detalle de las botellas de cristal ocupando todo el salón. Sin duda un equilibrio de formas y materiales que nos hacen querer estar allí, disfrutando de las olas y de esa casa tan maravillosa en la playa.

Imágenes enviadas por: Luis Espinosa