El reciclaje de objetos ha dejado de ser una práctica minoritaria, para pasar a ser una tendencia, una opción vital y un estilo decorativo que da a cada hogar una personalidad propia muy marcada. Cada objeto reciclado, ya sea realizado por nosotros mismos o comprado en alguna mercadillo de segunda mano, es una pieza única que deja una impronta también única a cada estancia.
Al hablar de reciclaje no hablo solo de pequeños objetos como papel, latas, envases o ropa usada para hacer posavasos, cojines o patchwork, sino también de grandes piezas industriales, material de derribo o incluso unos remos o unos esquís viejos (o antiguos). Todo es susceptible de ser remozado para darle un nuevo uso una vez puesto a punto (¿qué es si no el estilo vintage?) o incluso de cambiar radicalmente de aspecto y utilidad.
Una estantería con tuberías antiguas de acero, unas preciosas literas hechas con palets de madera, muebles de jardín con troncos o un increíble taburete con perchas. La verdad es que cada vez más diseñadores de prestigio y colecciones integran líneas con productos reciclados que, si no somos «manitas» y no nos damos buen arte con los trabajo manuales podemos comprar con la seguridad de que estamos contribuyendo en alguna medida a un planeta más sostenible y a la creación de nuevos hábitos de consumo globales.
Madera, cartón, plástico… los productos cotidianos toman un nuevo significado y valor. Decoran tu hogar, convierten cada espacio en único y nos hacen coleccionistas de objetos singulares. La cantidad de muebles y objetos decorativos que se pueden lograr mediante el reciclaje es infinita.
Fotos: GuiaDecoracion, Hogarismo, AlternativaVerde