Para aquel que no lo sepa, las mesas tocineras han sido un objeto muy pero que muy usado en las antiguas cocinas rurales. Se usaba como un elemento en el que se podía cocinar, comer, preparar los embutidos de la matanza, encurtir y otro tipo de actividades. Por tanto, eran mesas fuertes, de materiales nobles y capaces de aguantar el paso del tiempo.
Muchas de estas mesas debían ser limpiadas a conciencia. Por ese motivo, estas piezas suelen contar con una superficie mucho más lisa y envejecida que la parte de las patas.
Existían de distintos tamaños, aunque evidentemente las que más papel hacían eran las grandes. No obstante, hoy por hoy, cuando buscamos mesas tocineras en anticuarios, solemos encontrar mesas auxiliares y de poca altura.
Nos encantan estas mesas. ¿Por qué? Pues debido a que su aspecto es ideal para cualquier comedor o cocina rústica. Cuentan con un encanto especial. Tan sólo debemos encontrar alguna que esté en buen estado y comenzar a tratarla.
Si las patas están en mal estado podemos sustituirlas sin problemas por unas patas de hierro. Aunque lo ideal sería encontrar patas de madera para no romper el equilibrio, lo cierto es que la mezcla de lo rústico e industrial siempre da buenos resultados.
Si por el contrario es la parte superior la que está en mal estado, lo primero que tenemos que hacer es tratarla para intentar recuperarla. Podemos usar masilla en los huecos que puedan haber dejado las termitas, evidentemente después de utilizar un buen producto para terminar con ellas. Lo cierto es que aunque pensemos que la parte superior está deteriorada, con un poco de cuidado y productos adecuados, ese aspecto envejecido puede otorgar un plus decorativo.
Otra opción es intentar buscar casas que fabriquen actualmente estas mesas. Podremos encontrar muchas, pues lo cierto es que son elementos que quedan estupendamente en la decoración del hogar.
Podremos usarlas como mesas auxiliares, como mesas de comedor, como elementos ideales para las sobremesas en la terraza o un bonito mueble decorativo para el recibidor.
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Fotos vía: decoora , aldabarestaura
