Los amantes de las antigüedades, como nosotros, muchas veces se encuentran con piezas que no saben muy bien cómo aprovechar, pero que quieren y desean con todas sus fuerzas. Puede pasar por ejemplo con una silla. Esas sillas viejas cuyo tapizado no nos dice absolutamente nada pero que cuentan con una estructura tan atrayente que no podemos dejar de mirarlas.
Pues bien, hoy compartimos una idea para poder aprovechar esas viejas sillas. ¿Cómo? Pues como maceteros; y es que un poco de trabajo, mimo y destreza, conseguirán que estas viejas sillas se conviertan en una pieza clave en nuestro jardín o incluso en el interior de nuestra vivienda.
Para ello, lo primero que debemos hacer es observar si nuestra pieza cuenta con problemas en su estructura. Si no es así, estupendo, tendremos una silla “sana” que podremos lijar y pintar, o dejarla en el color original, y proseguir con nuestro trabajo para convertirla en macetero.
No obstante, si cuenta presentara problemas en su estructura, tendremos que tratar correctamente la pieza, haciendo los ajustes necesarios; hasta puede que sea necesaria la ayuda de algún carpintero o especialista.
Una vez tengamos claro este punto, procederemos a barajar la opción de dejarla en el color original o pintarla. Si queremos modificarla será mejor lijarla para quitar un poco los restos del tratamiento anterior y para abrir el poro de la madera, de esta forma, la pintura o barniz que apliquemos se adherirá mejor.
Si queremos que nuestra silla sea un macetero no nos queda otra que quitar la parte que hace de asiento. Sera este espacio el que se encargará de sujetar nuestra maceta llena de flores. Tan sólo tenemos que encontrar un recipiente que quede encajado en ese espacio.
Como podemos observar el resultado es fantástico, creando una pieza realmente original que podremos colocar en cualquier rincón de nuestra casa. Un verdadero macetero DIY!
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Fotos vía: shelterness.com, trekearth.com
