El color azul índigo está de moda, sí, el azul. O eso es lo que la firma Azko Nobel vaticinó que pasaría este año. Lo cierto es que es un color que no nos disgusta para nada. Muy sereno, muy luminoso, muy combinable.
Es evidente que este precioso color inspira paz, algo bastante positivo y muy a tener en cuenta en nuestras caóticas vidas. Simboliza además la sabiduría y la honestidad, siendo así una apreciada fuerza la que emana de él, y por tanto, capaz de mejorar nuestro entorno.
Si nos animamos a decorar una estancia con esta tonalidad no nos arrepentiremos, pues la elegancia que aporta a los ambientes es alucinante. Sin lugar a dudas nos impactará el cambio.
Combinarlo resulta sencillo, puesto que es de lo más versátil. Funciona estupendamente bien con otras gamas de colores brillantes con el mismo nivel de saturación. Aunque lo cierto es que con colores cítricos, como el verde o el amarillo, también da buenos resultados. Además, si lo mezclamos con tonos neutros y cálidos, con mayor luminosidad, crearemos una estancia acogedora hasta niveles increíbles.
El azul índigo, o añil, también es capaz de dar un toque veraniego a cualquier estancia, si sabemos combinarlo con el blanco nuclear, por ejemplo.
Como todos los colores que tengan un poco de fuerza, es preferible no abusar ni sobrecargar el espacio. Es cierto que trae paz, sí, pero no conviene pasarse.
Si no queremos pintar las paredes con este color, pues nos parece arriesgado, y somos de los que preferimos dar ciertas notas, lo mejor será usarlo para el textil y objetos de decoración aislados, como cuadros, marcos, jarrones, manteles o cortinas. Además si nuestros muebles son de madera clara, os diremos que la combinación es realmente buena.
Si nos atrevemos a pintar las paredes antes debemos cerciorarnos de que estas son perfectas, pues estos colores más oscuros serán capaces de resaltar los pequeños fallos con mucha más intensidad.
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Foto vía: preguntaleasherwin , laventanadegogo, eltallerdecarola
