Salones Dirty Chic

Ya hemos hablado en alguna otra ocasión del arriesgado estilo Dirty Chic. Una corriente estética, dentro del mundo de la decoración, que ha conseguido ya un gran número de adeptos.

Decoración Dirty Chic

Pasando un poco de los rasgos generales, hoy queremos mostraros cómo queda este tipo de decoración en una estancia concreta. Una habitación tan importante y determinante en la estructura general de nuestro hogar, como es el salón.

Salon dirty chic

Decoración dirty chic

Lo primero que hay que decir es que aunque es evidente que podemos intentar aplicar este estilo en cualquier salón, lo cierto es que quedará mucho mejor en aquellos que tengan marcadas, muy marcadas, algunas características. Salones con techos altos, paredes de origen o deterioradas, ladrillos en la pared, suelo industrial o suelo de baldosas antiguas.

Son precisamente estas estancias las que cumplen con una de las máximas del Dirty Chic, hacer que las imperfecciones hagan resaltar el resto de elementos de nuestra decoración.

Salón Dirty Chic

En este tipo de salones, y antes de pasar a los elementos nuevos o muebles de autor, podemos intentar integrar algún que otro elemento antiguo con el fin de maximizar aun más esa sensación de desgaste. Quedaría ideal un baúl antiguo de metal, muebles de madera astillada o incluso sofás de cuero desgastados.

Generalmente los objetos antiguos como las lámparas de araña o los espejos con volutas suelen quedar ideales en este tipo de estancia, y si la casa cuenta con una chimenea de obra, realmente ya no podemos pedir más.

Salón dirty chi

Dirty Chic en el salón

Eso sí, es muy importante intentar unificar todo este mundo con muebles de cierta calidad. De esta forma, el ambiente desgastado hará que estos muebles resalten por encima de todo lo demás.

Estilo Dirty Chic para el salón

Parece que otra de las máximas es el reciclaje, pues lo cierto es que en un salón Dirty Chic, cualquier antigualla tiene cabida. Eso sí, no se aconseja recargar la estancia, pues otro punto importante es saber encontrar el equilibrio. Las paredes pasan a un segundo plano pero no por ello debemos llenar la habitación de muebles, el resultado no sería nada elegante.

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