En muchas culturas, el agua es sinónimo de vida. Un líquido sagrado que es capaz de llenar de paz al individuo. Las fuentes han sido siempre un elemento vinculado directamente con esta agua, llamando la atención de todo aquel que las ve y embriagando con su sonido a cualquier oído.
No todos contamos con un gran jardín para poder colocar una de estas preciosas y relajantes fuentes, pero no por ello debemos renunciar a tener una; y es que existen cientos de modelos de fuentes para interiores.
Pueden ser grandes o pequeñas, adaptándose a la perfección al espacio que tengamos pensado adjudicarles. Intentad que este espacio esté iluminado por luz natural, pues el efecto será muchísimo mejor. Además, también es bastante interesante decorar esta zona con algunas plantas, de esta forma crearemos un pequeño jardín del Edén en cualquiera de nuestras estancias, por ejemplo el comedor.
No sólo existen las fuentes de pie que se colocan en el suelo, también existen modelos mucho más modernos que se integran en las paredes, algo bastante interesante si contamos con poco espacio en nuestro hogar.
En cuanto a los materiales de su construcción, pueden ser muy variados. Normalmente son de diversas piedras. No obstante, también existen fuentes hechas a base de bambú, madera, conchas de mar, hierro forjado e incluso plástico. Lo cierto es que el abanico de posibilidades es enorme, variando evidentemente su precio si escogemos unos u otros.
Cabe destacar que estas fuentes de interior poseen beneficios bastante interesantes para el hombre, tales como aliviar el estrés, relajar, limpiar el aire y mejorar el sueño de las personas. Además, si tenemos niños o mascotas disfrutaremos mucho, pues tanto unos como otros se sienten verdaderamente atraídos por estos objetos y se lo pasan muy bien interactuando con ellos. Tranquilos, las fuentes de interior no son profundas.
Fotos vía: interiores.alterblogs, minuevohogar, hogar.pisos, media-cache