Aunque parezca muy sencillo, no basta con tener todo el mobiliario, los accesorios y paredes de una habitación para poder lograr ese look elegante y clásico que sólo una decoración en blanco puede lograr. La combinación de varios tonos de blancos en un espacio único requiere la misma cantidad de ingenio que para mezclar colores llamativos o neutrales. Sigue estos consejos para que tu decoración en blanco sea un sinónimo de elegancia y estilo.
Elige por lo menos tres diferentes tonos de blanco. Dos tonos del mismo color se puede sentir no coinciden, tres o más se sienten intencional. Tu mejor apuesta es usar cinco o seis tonos blancos para crear una profundidad suficiente como para que el espacio no se sienta plano.
Manten un trasfondo similar. En términos generales, los blancos son cálidos (con matices amarillos) o fríos (con tonos azules). Seleccionar los tonos que se encuentren en la misma gama. Si se mezcla con los blancos cremosos grises, todo el paquete se sentirá discordantes y sucio.
Enfócate en la textura. Incluso si se agrega la profundidad con capas de tonos blancos, el color te puede llevar muy lejos. Las habitaciones monocromáticas piden textura para traerlas a la vida. Acentúa los blancos con diferentes textura: revestimientos, acabados brillantes, ladrillo pintado, telas de diferentes aspectos.
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