El estilo escandinavo, más conocido como estilo nórdico, es originario de lugares como Noruega, Suecia o Finlandia. En estos rincones del mundo, la luz natural no es siempre el punto fuerte, por lo que las viviendas han tenido que habituarse para aportar luminosidad de otra forma. Así, encontramos varios factores en este estilo decorativo que harán de los espacios lugares más amplios visualmente y más luminosos.
Este piso encarna perfectamente las máximas de decoración escandinava. Para empezar, la belleza de la simpleza impera. No buscan grandes muebles para llenar las estancias, tan sólo lo necesario. Así, obtenemos espacios prácticos y nada abarrotados.
También llama la atención el color blanco, otro imprescindible en la decoración nórdica. Las paredes en blanco, y también en muebles y textiles hacen que la luz se aproveche muchísimo mejor, creando así una casa mucho más luminosa.
El negro puede usarse para contrastar, pero evidentemente en menor medida que el blanco. Asimismo, también pueden darse pinceladas de color con el textil, que es como suman dinamismo estas estancias nórdicas.
La madera también está presente en esta casa con estilo nórdico; y es que la madera, aporta mucha calidez, algo que en este tipo de casas del norte desean y necesitan por encima de todo.
Observamos pocas cosas en las paredes; y es que esto consigue dar mayor amplitud a las estancias, algo que aumenta la sensación de luz.
Por último, este tipo de decoración se permite toques que la personifiquen, intentando mezclar así elementos antiguos con otros de líneas mucho más modernas. Así, podemos encontrarnos sofás con líneas modernas y un bonito mapa retro colgado en la pared, por ejemplo.
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Sin duda se trata de una casa confortable que invita a habitarla y disfrutarla. Un lugar lleno de luz al que no le importa demasiado los días nublados.
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