Pasados ya los años del estilo rústico provenzal que inundó medio mundo, y del rústico clásico que vino después, poco a poco el estilo rústico ha ido mezclándose con todos los demás estilos para conseguir variadas soluciones a distintos tipos de viviendas, desde casas de campo hasta dúplex o áticos en plena ciudad.
Ya no tenemos que temer ver piezas de caza disecadas, sillones de cuero, aperos campesinos o cocinas oscuras con pocas comodidades. El rústico se ha vuelto mucho más sofisticado, cómodo y ¡bonito! Solo una característica común, a pesar de la mezcla de estilos, dado que su base es el estilo rústico podríamos llamar al resultado rústico elegante (o rustic-chic).
El confort y la funcionalidad son las dos grandes bazas de este estilo para gustar a los públicos más variados y adaptarse a las viviendas más dispares. Las piezas tradicionales como grandes mesas, sofás en tejidos cálidos, alacenas o sillones orejeros se adaptan a los espacios dándoles una nueva vida.
Siguen teniendo gran importancia los tejidos cálidos. Los cojines, alfombras y mantas son aún imprescindibles para mantener esa sensación de confort, pero ahora los colores claros se incorporan con fuerza, las maderas decapadas, claras y muy claras, algunos elementos metálicos en contraste y muchos detalles chic para este nuevo rústico.
Siguen teniendo importancia las maderas, terracotas, piedras y azulejos que son decorativos y pueden ayudarte a proteger en baño y cocina las zonas más delicadas de salpicaduras, manchas y roces. Los elementos reutilizados, recuperados o reciclados serán todo un éxito. No tires nada porque en el rústico elegante podrás darle una utilidad dentro o fuera de casa.
Por último, si lo elementos son nuevos, combínalos sabiamente de manera que parezca que siempre han estado ahí, obtendrás del rústico elegante un resultado espectacular.
Fuente: DigsDigs, Interiorismos, Afflante, iwantahouselikethis.