En alguna ocasión os hemos hablado del Patchwork en la decoración. Hoy nos centramos en las mesas. Si bien es cierto que la única forma que podemos imaginar en principio es crear un mantel o un camino de mesa con esta técnica, existen otras formas de vestir nuestras mesas con Patchwork.
Podemos encontrar, o incluso realizar nosotros mismos, auténticas obras de arte con nuestros retales de tela. Se trataría de cubrir toda la superficie de la mesa o partes determinadas, como los cajones, con nuestras piezas de Patchwork.
El resultado es encantador. El único problema que encontramos es que, dependiendo del uso que le demos a la mesa, puede ser poco práctico. Así, en una mesa para tomar café, será necesario colocar un cristal encima para no terminar manchando nuestros retales. Asimismo, una mesa auxiliar o mesita de noche, es más apta para este tipo de adhesiones.
Si no tenemos paciencia o no sabemos cómo se trabaja este arte textil, siempre podemos optar por otra modalidad igualmente atractiva. Se trata del Patchwork pintado, ideal para todos esos muebles que estarán en contacto con líquidos y demás, o simplemente para aquellos que prefieren una mesa fácil de limpiar.
Esta segunda opción es realmente práctica, pero lo cierto es que será difícil encontrar modelos que cuenten con el colorido que un Patchwork de verdad ofrece. Además es una tarea bastante costosa.
Por último, se nos ocurre una solución más práctica para que las mesas cuenten con una superficie fácil de limpiar. En vez de optar por la tela normal, podemos optar por retales de manteles de plástico. El típico hule que encontramos en cualquier casa. Estos manteles tienen una superficie plastificada fácil de limpiar. Además, lo bueno es que encontraremos un sinfín de modelos diferentes en cualquier tienda. Sin duda mucho más fácil que pintar cada trozo de la superficie de la mesa con un pequeño pincel.
Fotos vía: kitsch-attic.myshopify.com, threadsmagazine.com