El estilo Gipsy es un estilo decorativo lleno de color. Podemos decir que se trata de una mezcla entre lo hippie, barroco e incluso naif, por lo tanto, es casi como decir que todo vale.
Esta mezcla la vemos, por ejemplo, en los tejidos. Todos ellos deben ser de colores fuertes y llamativos, todos mezclados. Encontramos así variedad en los colores y estampados, luciendo lunares, flores o cualquier otro motivo.
Cabe destacar que el tipo de tela también variará mucho pudiendo así usar un gran repertorio. Podremos incluir flecos, bordados y tapizados. Cuanta más mezcla y variedad tengamos, mejor que mejor. No debemos asustarnos, dentro de ese caos de tejidos siempre habrá un orden estilístico.
Esta variedad también puede observarse en los muebles. Podemos encontrar así muebles propios de los años 60 o 70 mezclados con piezas más nuevas o incluso elementos más antiguos.
Estas telas pueden verse en cojines, fundas de cama o mantas, pero además, también podemos vestir suelos, las alfombras son muy bienvenidas en este tipo de decoración. Asimismo, también podemos crear tapices para la pared.
Algo que sí deberíamos tener en cuenta para decorar nuestras estancias con este estilo es la luz natural. Como es evidente, estamos ante un tipo de decoración bastante recargada, por lo que los espacios más grande y con mayor iluminación natural serán los ideales. Así evitaremos tener una estancia sobrecargada.
Por último, hablemos de las flores. Este estilo decorativo siente predilección por ellas. Así, además de encontrar estampados florales, también podemos incluirlas en la decoración en forma de centros de mesa, ya sea con flores secas o con flores artificiales.
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