Aunque los azulejos y cerámicas en la cocina son todo un clásico, cada vez son más los materiales, acabados, diseños y texturas que existen en el mercado. Esto nos permite obtener espectaculares, novedosas y adaptables a cualquier gusto y presupuesto. Aunque podemos creer que todos los azulejos son iguales, dependiendo de dónde vayan a colocarse deberemos conocer bien el tipo que necesitamos, pues además de variar el precio variarán sus prestaciones y su funcionalidad.
La cerámica tiene una tasa de absorción de agua de hasta el 10%, la piedra un máximo de un 3%, la porcelana menos de un 0,5%, por eso la porcelana puede ser más cara, pero te durará más y en lugares donde haya humedad o salpicaduras será mejor que otros materiales.
Incluso en cocinas que optan por otros materiales para sus terminaciones, pueden tener en los azulejos unos buenos aliados, sobre todo en zonas propensas a manchas y salpicaduras como tras los fogones de la cocina o el fregadero, donde comida, aceite, líquidos o agua podrían acabar manchando otro tipo de superficies.
Una combinación de formas, colores, alternar en distintas paredes lisos y de colores, pueden hacer cambiar radicalmente tu cocina y darle frescura, sofisticación, calidez o un aire minimalista en los últimos diseños con reflejos de espejo o de cristal.
Si quieres un consejo práctico, los azulejos más grandes y brillantes son los que necesitan un mayor cuidado porque reflejan todo lo que cae, sea una gota de agua o el vapor que se acumula al cocinar y que después se queda en forma de mancha. Si no tienes demasiado tiempo, ta vez unos azulejos más pequeños (tipo gresite) o en acabados mate te permitirán espaciar los cuidados.
Al fin y al cabo decoramos una cocina para que además de bonita sea funcional. No lo olvides!
Fuentes: FurnitureFashion, DecorationChannel, HomeDesignAlert.